Pollo al horno

La receta de pollo al horno con patatas es uno de esos platos que no solo deleita tus papilas gustativas, sino que también aporta una sensación de confort y calidez a cualquier hogar. Esta receta, simple pero refinada, puede ser preparada fácilmente por cualquiera, independientemente de su nivel de experiencia en la cocina.

El primer paso para hacer este delicioso plato es asegurarse de que el pollo esté fresco. Es esencial lavar bien el pollo bajo un chorro de agua fría para eliminar cualquier impureza. Después de lavarlo, puedes secarlo con una toalla de papel. Ahora es el momento de sazonarlo. ¡Aquí puedes ser creativo! Usa sal, pimienta, ajo en polvo, pimentón o incluso hierbas como romero o tomillo. Las especias no solo mejoran el sabor del pollo, sino que también proporcionan un aroma especial que llenará toda la casa.

Una vez que el pollo esté sazonado, prepara una hoja de papel de aluminio que engrasarás con mantequilla. Esta capa de mantequilla ayudará a mantener los jugos en el pollo, asegurando que la carne permanezca tierna y llena de sabor. Envuelve cuidadosamente el pollo en el papel de aluminio para que esté sellado, permitiendo que el vapor se mantenga durante la cocción.

A continuación, centrémonos en nuestra guarnición de patatas. Deben ser peladas y cortadas en trozos grandes para que se cocinen uniformemente. Las patatas se colocan en una bandeja grande alrededor del pollo, junto con la cebolla pelada. La cebolla, que se volverá dulce y caramelizada durante la cocción, añade un toque de sabor a todo el plato.

Para finalizar los preparativos, añade una taza de agua a la bandeja, junto con un chorrito de aceite y sal, para intensificar los sabores. Es importante no añadir demasiada agua, ya que quieres lograr un bonito dorado del pollo y una textura crujiente para las patatas.

Coloca la bandeja en el horno precalentado a 180 grados Celsius y deja que el plato se cocine durante aproximadamente 45 minutos. Es esencial revisar el pollo de vez en cuando, y la forma más sencilla de hacerlo es pincharlo con un palillo. Si el jugo que sale es claro, el pollo está listo. De lo contrario, déjalo un poco más.

Después de 45 minutos, abre cuidadosamente el papel de aluminio en la parte superior, teniendo cuidado de no quemarte con el vapor que saldrá. Pincha suavemente el papel de aluminio en la base del pollo para permitir que la mantequilla fluya y se extienda sobre las patatas. Ahora, aumenta la temperatura del horno a 200 grados Celsius y deja que el pollo se dore durante 10-15 minutos. Este paso dará al plato una corteza dorada y crujiente.

Cuando todo esté listo, saca la bandeja del horno y deja reposar el plato durante unos minutos antes de servir. Esto permitirá que los jugos se redistribuyan en la carne, haciéndola aún más jugosa. Sirve el pollo junto a las patatas doradas y la cebolla caramelizada, ¡y tu comida seguramente será un éxito en la familia! ¡Buen provecho!